La memoria de la hembra: sobre la poesía de Maritza Kusanovic

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…Y cuando yo no podía expresar algo, cuando no me venían las palabras normales, las inventaba…

(entrevista a J.C. Bustriazo Ortiz, Pepe Muleiro, Revista Ñ.265, octubre, 2008)

Algo de esto hay en Hullablanca, la primera publicación de Kusanovic. Cuando el lenguaje conocido no basta para expresar los sismos de ideas y sentires, las palabras se mezclan, se fusionan, se inventan, se re-crean. Maritza, además, las re-funcionaliza: su verba porta la convicción de que la poesía es espacio donde se pronuncia lo impronunciable y donde se dice lo que muchos no quieren decir ni escuchar. Sí, sus formas poéticas destilan la influencia de Bustriazo Ortiz y tantos otros (como Washington Berón o Ariel Williams), pero sus fondos se ahuecan para dar más energía a una voz netamente femenina. Esa voz, precisamente, para poder expresar rehúye a cualquier ismo panfletario que pueda llegar a recortar el mensaje que quiere dejarse. Voz de hembra, memoria humana: dos ejes estructurantes de su escritura.
El pulso de la poesía es el pulso del corazón que ve, siente y por eso habla, marcando una conciencia poética de voz original, primigenia:

dijo el instinto
yo los creorebeldes
tengan fe
se nos concede lamira
tormenten
sobre los desiertos (3)

Kusanovic despliega en su obra una visión panteísta en la que el lenguaje poético funciona, como el esperanto, a modo de nexo comunicador entre las especies. La Naturaleza es útero que engendra seres apolíneos o monstruosos, es una “evaselva” cóncava que gesta “desde las sobras”:

salvaje fruto
devora al hombre
lo atraviesa la especie
qu’es otr’ombre (4)

La sensibilidad de esta poeta se medula en la voz del pueblo que sufre. En su génesis del mundo poético ella, tal como la “Primera Criaturadescalza”, camina desde la nada hacia otro caos urbano y actual, una Babel de sinrazones y violencia que flagela al hermano y a la Madre Natura. El escenario es lo de menos: Patagonia, Argentina, Latinoamérica, el mundo todo. Los pies caminan senderos con vista atenta, poetiza desde la claridad de quien tiene el alma en paz, pero dolida. La palabra no sana, mas enuncia y denuncia. En ese gesto de compromiso se yergue la poética de Kusanovic, para quien la escritura es arma y escudo contra los actuales gigantes corruptos y depredadores que pretenden ser sólo molinos de viento. Para la mirada poética no hay engaños; para la voz poética no hay silenciamientos. Su huella sigue marcándose, incesante, a lo largo de los caminos que recorre.


Enana, breuissima et candida poeta. Quince años debieron pasar para que, aún separadas sólo por una medianera de cemento, nos encontráramos en la mirada. Quince años de ires y venires en los que ninguna sentía la presencia de la otra. Hasta que un día, como suelen pasar las magias en mi vida, nos encontramos en la palabra, y descubrimos entonces que nuestras miradas eran diferentes. Podrían, esas miradas, haberse resistido y fijarse en la extrañeza de lo otro; pero los dioses de Homero quisieron que se complementaran. O, mejor dicho, que se fueran complementando, en cimiente firme, a lo largo de estos años de compañerismo, camaradería y amores compartidos. Desde entonces, digo a quien quiera oír que gracias a esa poeta sentada en un banco de la universidad con mirada perdida y gesto confuso, pude entender de qué se trata la poesía. Digo a quien quiera oírlo: la enana me salvó de los moldes prefabricados, tan comunes en esta profesión mía, vertebrada en la doxa. Fue ella quien me enseñó, a mis 26 años, a leer. Ni más ni menos.
¿Entienden, entonces, lo que significa para mí tener hoy en mis manos su primer libro publicado?

8 comentarios:

Sergio Sarachu dijo...

qué difícil es encontrar las palabras para significar lo que implosiona Maritza en la palabra misma! En los últimos meses, como te ocurrió a vos hace años, descubrí esa mirada y ese ritmo de la poeta y también me cambió la mirada sobre la poesía. Con tantos años de estar en contacto con la escritura de estos sures -se lo dije por mail- hacía rato que no leía, releía, construía y reconstruía a partir de textos de Hullablanca. No es un camino llano ingresar a los mundos ocultos de su literatura. Y esa es la magia que tiene. Entrarle por la puerta del frente, después mirarla por la ventana, luego por la del patio, entrar y leerla en el cielorraso, sobre las paredes, ventilarla y sacudirla... y siempre habrá poesía en esos textos. El territorio Kusanovic tiene atmósfera femenina, aires al trote y arenales sensiblemente indomables.
Mi querida Moro, tenerla cerca allí en Gallegos tiene dos placeres de eslora: quererla a full y apuntalarle la voz. Y a la distancia, también me cuento para eso.
Muy buenos tus laburos!
Placer

macadamia dijo...

yes, la ena tiene una madurez notable y una voz lírica potente y afianzada. bien moro por tu lectura excelente de una poeta excelente. las quiero a ambas

David dijo...

bueno me gustó lo escribiste. pero es escaso. me hubiese gustado algo mas extenso. pero la ultima parte, ¿no es medio cebollera?

Anónimo dijo...

aMOROsa (a moro sociedad afectiva): ya te lo dije almita vecina, la crítica es una resonancia magnetica que hace evidente nuestra enfermedad compartida. Si nos auscultan se hace publica esa manchaoscura, ese extrañamiento de la vida. Leo nuestro electrocardiograma (lo lamento)...estamos perdidas en estos irreverentes saltitos del corazón...lo nuestro es un latido comunal ¡y a veces descomunal! ¡ojito que mi casita es fragil! y vibra cuando vos estas latiendote poemas...Abazooooo -maritza-

Anónimo dijo...

La poesía de Maritza se acrecienta cuando ella le suma la fuerza de su voz. Es lindo escucharla.
Cecilia

Anónimo dijo...

Hay poemas que fascinan desde su críptica casi intangible y casi inasible, como éste de Kuzanovic:

cuenta
de rodillasréprobas
las cadenas suenan
su carnerosario
de los despedidos
ella levanta las
sombrastraigan
leña a la lluvia


Y así debe ser, creo, porque, para mí, la misión del arte es aclarar oscureciendo. O oscurecer para aclarar.

Anónimo dijo...

Impresionado por los análisis y los textos de este blog. Me quedé boquiabierto. Te felicito.

La Moro dijo...

Muchísimas gracias por pasar, Salvador, y muchas más por tan halagador comentario. Un orgullo tener tu palabra venida desde tan lejos, y a la vez tan cercana...
Un abrazo!